jueves, 29 de mayo de 2008

LILITH 3

En el lugar se apreciaba un fuerte hedor a muerte, sacrificio, a rencor y olvido. Pero la esperanza que portaban los hombres de bien, engañaba al oscuro designio, llenando de esperanza el interior de cada uno de nosotros. Mi piel, vencida por el cansancio de los milenios, recibía con extraña aceptación el candor y luz que se había formado a nuestro alrededor. Por última vez escuché las notas que con parsimonia surgían de la caja de música, sintiendo nuevamente que la sangre volvía a bañar mis ociosas venas. Miré a mis compañeros de aquel largo viaje que llegaba irremediablemente a su fin, así como al joven Iselor, el verdadero héroe de aquella perturbadora profecía. Finalmente me crucé con la mirada de mi fiel compañero Kain, serena, segura, impaciente, y supe sin lugar a dudas que la lid que se aproximaba no sería la última en la que participaríamos unidos. Noté el frescor de la tierra húmeda bajo mis pies descalzos y una ligera brisa nos rodeó por un momento atrapándonos en un huracán de sensaciones, aislándonos de la fría mirada de nuestro enemigo.

La voz de Iselor alentó a las tropas, la luna perenne durante varias semanas se tornó roja, las manos de aquellos que lucharían por un futuro asían firmes las armas. Los ojos ardían puestos en la batalla, nuestros corazones en un nuevo amanecer.

1 comentario:

  1. Tu juventud está patente en todo lo que escribes. Imaginación para tus bien pergueñadas narraciones. Cualquier día una novela tuya aparecera en las librerías y todo el mundo la leerá. ¡OJALÁ!
    Los mayores, yo por ejemplo, contamos batallitas, más o menos inventadas o vividas.
    Apunto cuidadosamente, tu blog. No vaya a ser que la página en verano no aparezca. ¡ESCRIBE, NO ME FALLES! Un beso

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