domingo, 20 de julio de 2008

Hoy he soñado...

Hoy he soñado que las piedras inundaban mi hogar. Multitud de escombros dificultaban mi paso y alguien me murmuraba en la distancia frases que no alcanzaba a comprender. He soñado que era un príncipe con un destino, una obligación que cargaba mis hombros. Mientras ese otro yo escribía constantemente en un cuaderno sus sueños, las voces no dejaban de rozarme, empujarme, rindiéndome pleitesía pero a la vez aislándome de mi verdadero espíritu. Y entonces vi sus figuras, sus labios, sus ojos y sus cuerpos rodeándome. De sus bocas salían palabras que al alcanzarme se transformaban en las rocas que poco a poco cubrían todo, que poco a poco me lapidaban en un sepulcro sin salida.

Hoy he soñado con un horizonte cargado de dificultades, un mañana que despierta nublado, una pluma que se queda sin tinta cuando llega el final del cuento, mientras aquellos que consideraba aliados encadenan mis pies a este lugar sin esperanza, en esta prisión de olvido y sinrazón.

domingo, 13 de julio de 2008

En esta estación...

En esta estación me hundo, en esta estación perpetúo tu imagen en las cabinas adoquinadas, donde me expiden pasajes ya caducados para este viaje sin sentido. Los charcos que se forman alrededor reflejan con deformidad este cuerpo que ya no sirve para agarrarte en la distancia. Las vían quedan cerca de las intenciones de lanzarme al vacío. Tu tren, demasiado lejos para que mis cartas lleguen.

Temo que los sonidos a óxido y metal provienen ahora de mi interior. No hay más complice junto a mi asiento, no hay ventanilla en la que marcar nuestros nombres.

En la lejanía oigo ese silvido constante que avisa la llegada de mi transporte, pero nunca acaba de pararse junto a mi. Cuándo, ¿cuándo valdrá ese billete lo suficiente para canjearlo por mi vida?