©Mª Teresa Martín González
jueves, 15 de mayo de 2014
El brillo de una promesa
Brillaba junto a ella, en su sencillez, distraía al ajeno de la importancia de aquél gesto. Lo miraba y remiraba en lo que parecía ser una larga tarde de primavera, pero que en realidad sólo había supuesto unos segundos, intranquilos eso sí, pero un mísero instante que, en aquellas circunstancias, comenzaban a ser una pesada piedra atornillada entre su corazón y la cabeza.
Brillaba junto a ella, deslumbrándola con ensoñaciones y promesas, con poemas de amor que surgían de su cuerpo dorado. Ella en cada parpadeo veía sin embargo cansancio y tristeza, miedo y metas incumplidas, un rostro expectante, un corazón palpitante, pero un alma perdida.
Brillaba junto a ella, como símbolo de una petición, de un paso más que quizás estaba dispuesta a dar, sí, pero no en aquella dirección, dónde los reflejos la dejaban ciega y confundían las señales del camino.
Dejó de brillar, renunció la luz a bañar su corona de diamante. Ella mudó su rostro asombrado para esbozar una ligera sonrisa. Cerró la cajita que contenía el regalo y, mirando a los ojos del portador del obsequio, distrajo su esperanza con un suave pero firme "NO".
©Mª Teresa Martín González
©Mª Teresa Martín González
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Maite muy bueno, cuando se dice NO es no. Un beso y feliz domingo.
ResponderEliminarHola linda, me encanto ver tu comentario en mi blog, y si he estado mucho tiempo alejada de todo esto pero creo que es un tiempo que necesitaba, pero ya estoy de vuelta y ahora si con muchas ganas de seguir escribiendo...
ResponderEliminarComo siempre muy lindo lo que escribes, me encanto este corto relato :)
ResponderEliminarA veces es dificil saber decir "NO" pero tambien es necesario aprender a hacerlo :)
ResponderEliminarabrazo