miércoles, 25 de enero de 2012


¿Es que lo real tiene que ser visible?
¿Es que lo absurdo es lo que nadie ve?
Pues tan loco debe ser mi espíritu,
que vagabundea por los jardines del amor.

No lloráis acaso al notar
que vuestro corazón con dolor se rompe,
mas nadie diría que sois fantasma
y que vuestra alma se escapa del cuerpo.

Si es que el actor en su obra,
diseña en su rostro el drama que interpreta,
¿no puede acaso el más fie amante
disimular el amor que con pasión siente?

No puedo yo pues, amor mío,
querer guardar en mi interior mi amor,
ser egoísta y que nadie comparta conmigo
lo que yo puedo sentir por vos,
y así nadie podrá decirme,
"pobrecita niña que su amor lejos tiene".
Pues mis suspiros cuentan las horas
en el mas fiel secreto,
esperando que todos vea
lo "absurdo" de nuestro amor.

Julio 1997
© Mª Teresa Martín González

sábado, 21 de enero de 2012

Invierno


El infierno subleva a los ángeles,
benditos amuletos de nuestra esperanza,
mientras el fuego abraza nuestros sentidos
y mi alma se quema con lamento eterno.

El invierno oscurece aún más mi pesar,
mientras las ramas de los almendros
siguen añorando su vestimenta rosa y blanca.

Y mi ser llora con lágrimas de azucar
festejos pasados,
alegrías olvidadas,
encuentros reflejados en espejos
de mi memoria.

Claros son mis deseos,
mas rozo la incertidumbre al mirar
el pequeño arrollo de mi jardín,
pensando si es mi único vivir,
si es mi único sentir.

Junio 2001

© Mª Teresa Martín González

domingo, 15 de enero de 2012

QUISE


Quise oír, pero no pude,
el silencio acompañaba mi incertidumbre,
y en medio de tanta miseria
no hay fe que a mi espíritu de lumbre.

No hay visión que pueda
borrar el horror que en mi cabeza se vislumbra,
sobreponiéndose a la más bella visión
y con la cual me iré a la tumba.

Si una canción, una simple melodía,
no puede acallar a un niño que solloza,
pues por qué quieres dormir mi desesperanza
con cuentos hermosos y palabras bellas.

Quise ver, pero no pude,
la niebla tapa todo lo que espero
dejando ver solo lo que soy
y que de mi destino no soy dueño.

© María Teresa Martín González - Año 1997

Las palabras del pasado, la pluma gastada en páginas olvidadas de un diario escondido.

Hace unos días desempolvé de un cajón un diario. Cuando era adolescente solía utilizarlo para escribir poemas, bueno, poemas es darle una categoría superior a lo que yo ponía en el mismo; así como para plasmar lo que se me pasaba por la cabeza. Eran muy intimistas y no se si llegaban a contar lo que hervía en mi interior, pero, tras releer algunos con melancolía, añozanza y cierta sonrisa, he decidido compartir algunos en mi blog. Los voy a ir poniendo tal y como los escribí entonces, por lo que os pido mil perdones de antemano si algo no se entiende. Un abrazo a todos los que os paseais por este jardín de palabras.