Deseosa de que pasen estos malos tiempos, las palabras se acumulan en mi mente pero no se atreven a dejarse caer en el papel (o entre las teclas de este sencillo ordenador).
Al menos sigue habiendo amaneceres, aunque sean nublados para las que aún llevamos rasgadas las vestiduras del dolor. El tiempo pasa, afortunadamente. Para bien o para mal, el tic-tac tic-tac, sigue siendo un sonido que deseo escuchar.
© Mª Teresa Martín González